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La nueva regulación japonesa ya afecta a los artistas del porno

Publicado el Jueves, 14 de Julio de 2022 ↩ Volver atrás

Hace unas semanas, el parlamento de Japón aprobó una nueva ley que pretende hacer de la industria adulta un negocio más honrado. Concretamente, las nuevas regulaciones buscan proteger a las artistas femeninas (actrices porno, modelos de sexo en vivo por webcam ídolos de JAV…) de los supuestamente abusivos contratos que les ofrecen las compañías del sector. Pues bien, las consecuencias de la nueva ley no han tardado en hacerse notar. Sin embargo, no como el gobierno japonés esperaba. La popular artista pornográfica Sakura Tsukishima acaba de revelar en su cuenta de Twitter que se ha visto forzada a abandonar su apartamento debido a los cambios irracionales que las nuevas normas están implementando en la industria adulta nipona.

 

Según la artista, se vio obligada a avisar al dueño del apartamento con dos meses de antelación de que no podría pagar las próximas facturas. Tsukishima alego a su arrendatario que debido a las nuevas regulaciones sus ingresos han caído de manera dramática en cuestión de semanas. Por tanto, no podría hacer frente al pago de las siguientes mensualidades. Por su parte, las empresas de contenido para adultos también se han visto perjudicadas por la nueva regulación. Ahora, estas compañías están teniendo muchos problemas para seguir produciendo contenidos: películas pornográficas, videos XXX, servicios de sexo en vivo por webcam… Para los empresarios, la nueva ley les obliga a ofrecer contratos para adultos totalmente inaceptables.

 

La nueva ley sobre pornografía puede llevar a la ruina a las artistas pornográficas

No se trata de una afirmación hecha así porque sí. Basta con leer las palabras que Sakura Tsukishima posteo en su Twitter para ratificar este más que probable y futuro drama para las artistas adultas niponas. La nueva regulación permite a las actrices adultas retirar su consentimiento para que las empresas distribuidoras de los contenidos protagonizados por ellas dejen de hacerlo. Si bien esto puede parecer una ventaja, lo cierto es que para las empresas supone una apuesta muy arriesgada.

 

Un riesgo que muchas no están dispuestas a correr, lo que significa menos ofertas de trabajo para las artistas femeninas. Por lo tanto, la pérdida de sus ingresos de la noche a la mañana. Tsukishima escribía en su Twitter que ha tenido que cancelar su contrato de arrendamiento, puesto que la nueva ley amenaza con rescindir sus contratos con las compañías. «Estoy demasiado preocupada con mi futuro. Ya he perdido varios acuerdos de trabajo por esta nueva ley. He tenido que abandonar mi apartamento donde había invertido mucho tiempo y dinero».

 

La estrella japonesa –además, de trabajar para terceros- ofrecía contenidos propios desde su hogar a través de redes sociales y plataformas de sexo en vivo por webcam. «Diseñe toda la decoración de mis habitaciones. He construido mis propios muebles. Tener que marcharme de mi apartamento es una situación muy difícil. Estamos activos y conocemos la industria mejor que nadie. Pero no pidieron nuestra opinión sobre esta ley. Solo escucharon a los grupos de 'derechos humanos' y escribieron esa ley. Esto es realmente inaceptable», enfatizo.

 

Unas regulaciones que han provocado mucha polémica en Japón

La nueva regulación fue aprobada el pasado mes de mayo. El nuevo proyecto recibió el apoyo masivo de la Cámara de Representantes de Japón. Posteriormente, la nueva normativa fue secundada por la Cámara de Consejeros, la cámara alta de la legislatura nipona. Nada más conocerse la noticia, diferentes medios de comunicación japoneses celebraron la nueva ley. Por ejemplo, el diario The Mainichi dedico una portada a la nueva regulación con las siguientes palabras: «Un paso más cerca de poner fin a los abusos de las compañías involucradas en la industria para adultos de Japón».

 

Como ya se ha indicado, la nueva ley permite a las artistas femeninas (pornstar, ídolos Jav, modelos de sexo en vivo por webcam…) rescindir sin condiciones los contratos con las empresas. Pueden romper sin alegar justificación alguna los acuerdos antes de que los contenidos hayan sido lanzados, pero también durante los 12 siguientes meses de su lanzamiento. Asimismo, en el caso de que los contratos se rompan, las compañías están obligadas a eliminar todos los vídeos, imágenes, etc., sin poder reclamar indemnización alguna a las artistas.

 

La nueva regulación también establece de manera tacita dos obligaciones más a las productoras de dichos contenidos. En primer lugar, debe trascurrir un mes entre la firma del acuerdo y la producción del vídeo. En segunda instancia, establece que deben trascurrir otros cuatro meses entre la filmación del vídeo y la distribución del mismo. De esta manera, el gobierno busca que las artistas tengan tiempo suficiente para reconsiderar si aún quieren hacer la película o que esta sea mostrada al público.

 

Además, los productores también deben proporcionar información sobre la naturaleza de los contenidos que las artistas van a protagonizar. Obviamente, el conjunto de todas estas normas está echando para atrás a la mayoría de las empresas. De hecho, muchas ya han dicho públicamente que no pueden acceder a firmar esta clase de contratos.

 

Fuertes multas y pena de prisión para quienes incumplan la nueva normativa

 

Fuentes relacionadas con la producción de contenidos para adultos japonesas afirman que la nueva ley es fruto de una alianza entre políticos conservadores, asociaciones religiosas y grupos feministas. Una alianza de la población más conservadora japonesa que se preocupa más por las próximas elecciones y sus ideales que por cómo funciona esta industria. Para las artistas simplemente se trata de un nuevo caso de hipocresía. La Corte Suprema dictamina que la pornografía en Japón es legal porque en los vídeos no hay coito.

 

Bueno, en realidad el público no puede ver sí hay sexo, ya que todos los contenidos están pixelados. Sin embargo, esto es totalmente falso. Si bien las películas porno niponas pixelan los genitales, todos saben que sí hay sexo detrás. La industria adulta de Japón es una de las más grandes a nivel mundial.

 

Se estima que cada año se producen más de 30.000 películas de contenido sexual que generan un negocio de miles de millones de dólares. Además, también hay una gran base de plataformas de sexo en vivo por webcam que dan trabajo a miles de artistas, así como un lucrativo negocio de venta de artículos eróticos y juguetes sexuales. La nueva legislación amenaza con echar por tierra décadas de evolución y desarrollo de una de las industrias adultas más importantes y populares del planeta. Veremos como acaba todo.