Puede que muchos de vosotros nunca hayáis oído este término, pero es más común de lo que parece. ¿Quieres saber de qué se trata? No es más que el orgasmo que las mujeres consiguen alcanzar cuando se estimula a la vez y de forma correcta las tres zonas erógenas de su cuerpo: el clítoris, el punto G y el ano.
En un principio parece una práctica algo difícil o imposible de conseguir pero esto no es así. Ava Cadell, la sexóloga que lo está impulsando, dice que cualquier mujer puede alcanzarlo si se hace bien y se logra potenciar el placer.
Ahora te damos las claves para que consigas estimular estas zonas a la perfección y consigas aumentar mucho más el placer de tu pareja sexual:
Clítoris: Es una de las zonas erógenas más importante para la excitación femenina, por no decir la que más. A través de su estimulación puedes conseguir directamente que tu pareja llegue al orgasmo, pero debes hacerlo de una forma suave y con delicadeza, ya que es una zona muy sensible. Puedes hacerlo a través de sexo oral con movimientos suaves con la lengua, o mediante posiciones sexuales que aumenten el roce con su cuerpo.
Punto G: Este se encuentra muy cerca del orificio de la vagina, justo por encima de la pared frontal. Si se estimula de forma correcta puede hacer que la mujer goce mucho más que con la estimulación única del clítoris. Puedes hacerlo a través de tus dedos, metiéndolos de forma curvada hacia arriba y moviéndolos suavemente de arriba abajo, o también mediante la penetración. Los penes curvados hacia arriba son muy buenos para ello, ya que estimulan de gran forma el punto G.
Ano: Aunque puede que muchas mujeres estén reticentes a la hora de probar el sexo anal, esta es una de las zonas del cuerpo que más terminaciones tiene si se está relajada. Si queremos estimular esta zona podemos hacerlo de forma manual, lubricando nuestros dedos y masajeándolo por dentro con movimientos circulares.
Para conseguir finalmente el trigasmo lo mejor es combinar estos tres tipos de estimulación de la siguiente manera: a través de sexo oral estimulamos el clítoris de nuestra pareja a la vez que introducimos nuestros dedos en los otros dos orificios. También se puede combinar con la penetración vaginal o anal, y en vez de utilizar a la vez nuestra boca, hacerlo con nuestras manos. De esta forma la mujer conocerá una verdadera e inimaginable explosión de placer.