Los años 80 del siglo pasado significaron un puente entre dos períodos históricos de la industria para adultos: La Edad de Oro (1969-1984) y la Edad Retro/Clásica (1983-1989). Por lo tanto, es importante analizar el contexto histórico de ambas etapas. Durante la década de los 70 y comienzos de años 80, las películas para adultos se producían pensando en que se iban a reproducir en el cine. Esto implicaba que su demanda era bastante limitada y, por tanto, el contenido debía tener también un fuerte componente convencional. Los directores y productores de cine para adultos de esta época tenían la obligación de imprimir una narrativa poderosa y creíble que pudiera ser difundida en las salas de cine tradicionales. De este modo, las películas XXX de la Edad de Oro del porno se caracterizaban por poner en un segundo plano al sexo. Además, estos films destacan también por requerir una fuerte inversión económica y por la necesidad de cumplir con unas regulaciones sobre obscenidad estrictas.
Con la llegada los avances tecnológicos de la década de los ochenta (principalmente, las cintas de VHS), los estudios de cine porno tuvieron la libertad de crear contenido erótico más específico. Así pues, comenzaron a surgir infinidad de compañías de producción de películas adultas enfocadas en la elaboración de contenidos de todo tipo: bondage, sumisión, masoquismo, sexo interracial, sexo extremo, entro otros. La consecuencia de esto fue que la demanda de pornografía se disparó hasta cotas nunca antes vista. De hecho, las tasas de adquisición de películas porno fueron tan elevadas que los estudios -pese a multiplicar su número- no eran capaces de satisfacer la demanda. La audiencia se había incrementado de manera exponencial en un lapso de pocos años, y estaba ansiosa por descubrir nuevos contenidos pornográficos. Los años 80 vieron también surgir nuevas técnicas de grabación (por ejemplo, la pornografía gonzo) y nuevos géneros (como el porno alternativo).
La industria pornográfica de los años 80 experimento un auge sin precedentes en países como Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido o Canadá. El incremento en la demanda de películas adultas provoco una disminución generalizada de los presupuestos de producción. Ahora, las escenas serían mucho menos costosas de producir, pero sus narrativas carecían de valor. Es decir, se produjo una inversión de los papeles: el sexo se convertía en el protagonismo indiscutible, mientras que el diálogo y la trama pasaban a un segundo plano. Las nuevas tecnologías también posibilitaron la aparición de un nuevo tipo de porno: la pornografía amateur o el porno casero. Como ya no era necesario invertir grandes sumas de dinero en accesorios para el rodaje (por ejemplo, cámaras, trípodes o vestuario), muchos vieron la oportunidad de elaborar su propio contenido adulto. No obstante, tuvieron que pasar varias décadas más para que el porno amateur floreciera de verdad. La pornografía amateur no se hizo realmente popular hasta comienzos del nuevo siglo, con la irrupción de los tubes y las webcams porno en vivo en Internet.
La industria del entretenimiento para adultos tuvo que hacer frente importante contratiempo a finales de los años 80: el VIH o SIDA. Durante este periodo, la televisión y la prensa escrita informaron a la población que esta enfermedad solo hacía acto de presencia en la comunidad gay de Estados Unidos. Sin embargo, a mediados de los 80 se produjo un brote en el seno de la industria adulta norteamericana. Como era de esperar, de la noche a la mañana, muchas de las grandes estrellas abandonaron la industria. Obviamente, esto provoco que tanto la producción como consumo de pornografía disminuyera su ritmo a fines de los 80. Se estima que, al menos, 25 actores y actrices adultos fallecieron a causa del SIDA en esta época. El caso más paradigmátivo de todos ellos fue el del célebre John Holmes en 1988.
El porno elaborado en los años 80 es conocido de forma coloquial como pornografía vintage o retro. Por norma general, este contenido para adultos procedía de los Estados Unidos, con filmaciones realizadas en su mayoría en el San Pornando Valley. Este seudónimo hace referencia al Valle de San Fernando, una región próxima a la ciudad de Los Ángeles célebre por ser sede de numerosos estudios porno y otras empresas vinculados a este mundo: plataformas de webcams porno en vivo, locales de striptease, establecimientos de venta de juguetes eróticos... Sin embargo, algunas compañías del Viejo Continente también aportaron su granito de arena al porno vintage: Private, Video Artd Holland o Dorcel. La pornografía de la década de los 80 se caracterizaba por el uso masivo de cámaras desde un ángulo tradicional de tercera persona. Es decir, las escenas presentaban un aspecto semejante a las películas convencionales que se rodaban en Hollywood de aquellos años. En aquel periodo el estilo del porno gonzo estaba aún en pañales. Tan solo en Japón tenía cierta presencia. En Estados Unidos o Europa este nuevo método de grabación de las escenas no sería adoptado de forma masiva por los estudios hasta principios de los años noventa.
A principios de los 80, la pornografía seguía filmándose como en la década anterior: usando cámaras de 35 mm que precisaban un laborioso proceso de configuración. Esto significaba que las escenas tenían que ser grabadas una por una y, después, pasaban por un proceso de edición bastante complicado. Filmar una solo escena desde una misma toma era casi imposible. Conforme la tecnología fue avanzando, las películas pornográficas se rodaba más rápido y con mayor agilidad para las tomas de acción. Durante este periodo, los films porno pasaron de verse en determinadas salas de cine (cine azul) a reproducirse mediante las cintas de VHS. Esto permitió a los estudios ampliar su oferta de manera sustancial en busca de satisfacer la demanda de la audiencia. En los ochenta surgieron nuevas categorizaciones de los contenidos: BDSM, creampie, doble penetración, harcore, MILF, corrida, transexual, fisting, etc.
Los estudios también se distinguieron por el uso incipiente de bandas sonoras plagadas de sonidos instrumentales y electrónicos propios de aquellos tiempos. Además, en el porno vintage los intérpretes comenzaron a sobreactuar de manera desmesurada: a menudo, con expresiones faciales y gemidos poco realistas durante el rodaje. Para los estándares que presenta la industria adulta en estos momentos, el porno de los años 80 ofrece contenido con menor presencia genital. Esto se debe en gran medida a la estética ochentera, donde lo más habitual era que tanto actores como actrices no se rasurarán el vello púbico. Al igual que ocurría con el cabello frondoso de la década de 1980, tener pelo en los genitales significaba estar a la moda. Sin embargo, este no era el único motivo por el que los genitales tenían menos presencia en el porno retro. Los primeros planos de penetración eran mucho menos extremos que en la actualidad. De hecho, son ahora así gracias a la popularización del porno harcore a mediados de los noventa. También por la irrupción de las webcams eróticas gratis que han supuesto el empleo masivo del ángulo de punto de vista (POV) sin necesidad de altos presupuestos.
Cualquier persona de cuarenta o cincuenta años interesada en este mundo conoce a muchas de las pornstar de los años 80. De hecho, algunas son tan célebres que a algunos millennials les resultarán familiares nombres como Traci Lords, Nina Hartley o Cicciolina. En este apartado vamos a dar los nombres de las estrellas más importantes de la industria adulta de los ochenta. También presentaremos las mejores plataformas virtuales especializadas en pornografía vintage y las películas XXX más icónicas de este periodo. Sin más dilaciones, ¡vamos a ello!:
1. Actrices porno: Tracy Adams, Juliet Anderson, Cicciolina, Vanessa del Rio, Nina Hartley, Traci Lords, Seka, Kay Parker, Ginger Lynn, Loni Sanders, Christy Canyon y Loni Sanders.
2. Actores porno: Buck Adams, Jerry Butler, Tom Byron, John Holmes, Peterh North o Ron Jeremy.
3. Películas porno: Talk Dirty To Me, Neon Nights, Memphis Cathouse Blues, Blue Confessions, The Pleasure Hunt, New Wave Hookers, Traci, I Love You y On The Prowl.
Hemos seleccionado nuestros sitios web favoritos que muestran lo mejor del porno clásico de la década de 1980. La mayoría de estos son sitios porno premium, por lo que necesitará una membresía para ver los títulos: Privateclassics, Classicsofporn, Tubepornclassic, Pornstarclassic, Xvideos, Xhamster y Pornhub. Para no tener que pagar por este contenido, las dos mejores alternativas son: tubes con escenas gratuitas, pero de baja calidad; o las webcams eróticas gratis con modelos especializadas en espectáculos vintage.